Video :se están matando entre bandidos en el área metropolitana de Bucaramanga.

Un atentado sicarial ocurrido el domingo a las 7:10 p.m. en la calle 53 con carrera 17B de Bucaramanga dejó como saldo un fallecido, identificado como Jhon Alexander Ortiz, alias “Peyo”, y un herido, José Luis Rojas, alias “Chepe”. El ataque, que se presume está relacionado con disputas por el control de la venta de sustancias alucinógenas en el barrio Ricaurte, ha generado alarma entre los residentes.

Según testigos, alias “Peyo” se encontraba consumiendo bebidas alcohólicas cuando llegó “Chepe”. Minutos después, dos sujetos vestidos con uniformes de vigilancia informal se aproximaron al lugar y comenzaron a disparar, centrando su ataque en alias “Chepe”, quien recibió cinco impactos de bala, aunque sin comprometer órganos vitales. Durante el enfrentamiento, “Chepe” intentó huir, resultando herido nuevamente con un rozón en la cabeza.
En medio de la confusión, alias “Peyo” trató de ayudar a su amigo, pero los sicarios regresaron al lugar con la intención de rematar a “Chepe”. Durante este segundo ataque, una bala impactó la espalda de “Peyo”, causando una herida mortal. Según las investigaciones preliminares, “Chepe” y “Peyo” habrían estado involucrados en el asesinato de alias “Toscano” en septiembre, lo que podría haber motivado este atentado como parte de una guerra entre grupos delincuenciales.

Antecedentes judiciales de las víctimas
Ambos hombres contaban con amplios antecedentes judiciales. Alias “Chepe” acumulaba cargos por delitos como acceso abusivo a sistemas informáticos (2017), acto sexual violento (2016), amenazas (2016), lesiones (2016), estupefacientes (2009), fuga de presos (2007) y estaba siendo investigado por homicidio en 2024. Por su parte, alias “Peyo” tenía antecedentes por estupefacientes (2024), violencia intrafamiliar (2023), recepción de bienes robados (2017) y también estaba investigado por homicidio en 2024.

Investigación en curso
La Sijín se encuentra investigando los hechos. En el lugar se recolectaron nueve vainillas de calibre 9 mm y se analizaron varios videos de cámaras de seguridad para rastrear la ruta de escape de los sicarios. Las autoridades trabajan en la identificación y captura de los responsables.
Este caso refleja la creciente violencia entre bandas criminales vinculadas al microtráfico en el área metropolitana de Bucaramanga, donde la disputa por el control territorial sigue cobrando vidas.