ACABARON CON LA VIDA DE LA MANO DERECHA DE ALIAS POPORRO EN BUCARAMANGA.

Asesinan a presunto miembro de banda criminal dentro de restaurante en La Joya
Frank Sebastián García Rivera, de 30 años, fue baleado por sicarios en un asadero donde fingía trabajar como cajero.

Un hombre identificado como Frank Sebastián García Rivera, de 30 años, fue asesinado a tiros en la tarde del domingo dentro del restaurante Koripollo, ubicado en la calle 37, en cercanías del barrio La Joya.
De acuerdo con versiones preliminares, García Rivera fingía laborar como cajero del establecimiento para evadir el accionar de las autoridades. Sin embargo, tenía antecedentes judiciales y había sido capturado recientemente durante la operación “Anubis”, con la que las autoridades buscaban desarticular la banda criminal “Los del Sur”.
Durante ese operativo, realizado el pasado 28 de marzo, fueron detenidas varias personas por delitos como concierto para delinquir, porte ilegal de armas de fuego y tráfico de estupefacientes. No obstante, un juez de control de garantías declaró ilegales varias de las capturas, incluida la de García Rivera, debido a demoras procesales mayores a 12 horas. Según trascendió, varios jueces se habrían negado a realizar la audiencia, lo que llevó a la nulidad del procedimiento y a la liberación de los implicados.
Testigos del hecho aseguraron que dos hombres, al parecer de nacionalidad extranjera, ingresaron al restaurante y dispararon en repetidas ocasiones contra la víctima. Minutos después, regresaron para rematarlo y confirmar su muerte antes de huir del lugar.
Las autoridades investigan el crimen como un posible ajuste de cuentas. García Rivera habría sido la mano derecha de alias “Poporro”, presunto jefe financiero de “Los del Sur”. Se presume que el asesinato pudo haber sido ordenado desde una cárcel de máxima seguridad.
La Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación continúan con las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades, tanto dentro como fuera del centro penitenciario.
Este caso se suma a otros recientes en los que decisiones judiciales que anulan capturas han derivado en homicidios posteriores, situación que genera creciente preocupación entre los organismos investigadores.